Era una guardia más de fin de semana, un sábado por la noche más de guardia en el hospital, y como siempre, atendiendo intoxiaciones etílicas, agresiones y otros menesteres propios de estos días.
Las horas iban pasando, y yo me miraba el reloj pensando que ya me quedaba menos para acabar la jornada e irme a casa, cuando escuhé la sirena de una ambulancia que aparcaba en la puerta. En la camilla venía un chico de 20 años, Pablo, y detrás, venían corriendo otros dos chicos de la misma edad, con la cara desencajada, Andrés y Juan.
Los tres habían salido de fiesta esa noche, eran amigos desde pequeños, lo habían pasado bien, pero ya era hora de volver a casa. Andrés era el que conducía, era el único de los tres que tenía coche y a penas hacía unos años que tenía el carnet, y aunque habían estado bebiendo, él pensó que se encontraba bien para conducir. Juan iba de copiloto y Pablo en el asiento de atrás, él no había bebido, era el más tímido de los tres, y les dijo a sus amigos que se podrían ir en taxi, pero Andrés y Juan se echaron a reir, diciéndole que no tenía de qué preocuparse... Iban camino de casa, riéndo y recordando las hazañas de la noche cuando Andrés, distraído con la música, perdió el control del vehículo.
Todo fue muy rápido, según me contaron después ellos mismos, no sabían muy bien qué había pasado. Sólo recordanban que el coche no paraba de dar vueltas, hasta que sintieron un fuerte golpe y todo quedó en silencio...Andrés abrió los ojos y vió a Juan, sangraba por una herida en la frente, pero estaba bien, le dijo que estaba bien y ambos se giraron aliviados a decirle a Pablo que estaban todos bien, que sólo había sido un susto...Pero Pablo no estaba en su asiento, había salido despedido del coche y yacía inmóvil en el suelo unos metros más allá. Los dos corrieron hacia él, mientras se acercaban sentían como el miedo les invadía, y allí estaba Pablo, inconsciente, tumbado boca abajo...
Llegó la ambulancia y les trajeron al hospital. Pablo presentaba un fuerte golpe en la cabeza y múltiples fracturas en las extremidades, además de un traumatismo torácico y abdominal. Cuandó llegó al hospital, tan sólo le quedaba un hilo de vida, pero a eso me aferré y comenzamos a instaurar todas las medidas diagnósticas y terapéuticas posibles para ayudarlo. En un momento, organicé un equipo de trabajo, con todos los especialistas necearios para la atención a un politraumatizado y nos pusimos a trabajar en equipo. Entre todos conseguimos estabilizarle mínimamente en urgencias y así se fué al quirófano, en un estado de extrema gravedad, pero con una pequeña esperanza a la que todo el equipo de guardia nos aferramos.
Ellos se fueron con el paciente, y yo me quedé en urgencias, aún con la adrenalina por las nubes, y deseando que todo fuera bien. Minutos después llegaron los padres de Pablo. Esta es la parte que menos me gusta de mi trabajo, yo creo que por muchos años que lleves en esto, uno nunca se acostumbra a dar malas noticias, sobre todo cuando hablamos de pacientes tan jóvenes, pues aunque Pablo estaba ahora en el quirófano, su pronóstico era realmente grave. No olvidaré nunca la conversación que tuve con Juan y Andrés, la culpa y la desesperación tan grande que me transmitieron, y el deseo tan enorme que tenían de poder hacer que el reloj diera marcha atrás y haber tomado otra decisión antes de coger el coche.
Los nombres de esta historia que os cuento son ficticios, pero la historia es real, y supongo que muchos de mis compañeros habrán vivido historias muy parecidas, yo también, por eso quería contaros este caso, pues entre tantas historias que nos pasan, los Pablos se van quedando diluidos y creo que es importante recordárlos de vez en cuando, pues a mi personalmente, cada "Pablo", cada "andrés" y cada "Juan", me enseñan cada día lo importante de las decisiones que tomamos, lo afortunados que somos por estar donde estamos y me recuendan cada día, que hay que vivir cada momento intensamente, que hay que olvidarse de lo superfluo y centrarse en lo importante, que no es otra cosa que vivir.
Las campañas de la DGT han pasado por muchas etapas, desde el humor, los dibujos animados a las imágenes tan duras que todos recordamos de hace unos años, ójala sirvan para algo, ójala nos ayuden a acordarnos de algunos "Pablos" y seamos más pruedentes al volante...
Mi hija me contaba hace poco que un amigo de su compañera se paso 3 días en la Uvi con un coma etílico, pensaban que no salía de allí, ahora cuando le pregunto si sabe algo me dice "mamá, salió de allí pero sigue bebiendo, todos ellos siguen bebiendo" y tienen 16 años.
ResponderEliminarY otra anédota:
ResponderEliminarHasta hace unos años, cuando teniamos que cortar la luz del hospital (por razones técnicas) lo hacíamos los viernes o los sábados por la noche, que el hospital estaba más tranquilo, ahora es imposible, tiene que ser un miércoles, los fines de semana son, como tu bien cuentas, de "locos" ....
Pues sí Juana, es una pena que pasen estas cosas, ójala esto cambiara algún día, son situaciones muy duras...
ResponderEliminarUn saludo!
Historia para concienciar y sensibilizar sobre las consecuencias de ciertas decisiones. Tenemos que cambiar hábitos en cuando a la conducción, "a mi no me pasa" y "yo controlo" supone adoptar conductas de riesgo q acaban con consecuencias muy graves para las víctimas de estos accidentes como para su entorno.
ResponderEliminar@cxestal: Ese era exactamente el mensaje del post!
ResponderEliminarGracias por tu aporte!
Un abrazo
Todas las conductas de riesgo, como bien dice el adjetivo, entrañan un riesgo, por lo que en cualquier momento pueden pasar a ser consecuencias. Lo triste es que en ocasiones, esas conductas acaben perjudicando a quien menos culpa tiene...
ResponderEliminarUn saludo a tod@s.
PD: A mi querida Dra. Cole, siento no poder "atiborrar" todas tus entradas con algún comentario porque ando algo liadillo, pero no me he perdido ninguna de tus entradas. Enhorabuena por tu blog. Sigue así.
Gracias por tu apoyo @DonLeland, es muy recorfontante saber que lo que una escribe puede interesarle a alguien, y te agradezco mucho cada uno de tus comentarios!
ResponderEliminarUn abrazo!