miércoles, 29 de diciembre de 2010

Lucha contra la oscuridad

No es mi estilo hacer publicidad de una marca comercial, pero lo cierto es que este anuncio de televisión transmite una buena dosis de energía positiva cuando lo ves, y en cierto sentido, creo que el mensaje que transmite, podría aplicarse a muchas otras facetas de la vida, no sólo al deporte, sino a cualquier ámbito personal y profesional con el que nos enfrentamos en el día a día, y por eso, me apetecía compartirlo con vosotros, como un nuevo propósito para este año que estamos a punto de comenzar...

"Trabaja y esfuérzate, con humildad y con respeto, lucha contra la oscuridad, sé la luz que dicen que hemos perdido, brilla, ilumina a los que te rodean"

viernes, 24 de diciembre de 2010

Desde Urgencias: ¡Feliz Navidad!

Desde estos pasillos de urgencias os deseo a todos una FELIZ NAVIDAD, algunos lo celebraremos con esta otra familia que está trabajando en los Servicos de Urgencias en estas fechas tan especiales y aquí estaremos como siempre para atender a los que lo necesiten...ójala este año consigamos entre todos humanizar un poco más nuestro entorno...y sobre todo, aprendamos a valorar todo lo que nos rodea en nuestro día a día...no todos tienen la misma suerte...

martes, 21 de diciembre de 2010

Quiero vivir en la ignorancia


Consuelo es una paciente de 60 años. Hace 6 años le diagnosticaron un cáncer de colon. Según me contó cuando acudió a urgencias, el proceso diagnóstico, con las pruebas complementarias necesarias, muchas de ellas invasivas fueron demasiado para ella. Después llegó la cirugía, en dos tiempos. Tras la primera cirugía estuvo una temporada con una bolsa de colostomía, y cuando ya empezaba a recuperarse, entró de nuevo en el quirófano para que se la retiraran. Después de eso comenzaron las sesiones de quimioterapia, aguantó unas cuantas, pero llegó un momento en que decidió decir "basta" y abandonó el tratamiento y sus revisiones periódicas. Desde entonces había vivido "tranquila", ignorando lo que podría estar pasando en su cuerpo, negándose a sí misma la oportunidad de recibir ningún tratamiento, ya no quería más, y mira, ya habían pasado seis años desde entonces, y según ella, "aquí seguía," y por lo menos, sin sufrir.

Durante estos años Consuelo había estando evitando las continuas súplicas de su hija acerca de la necesidad de que acudiera a hacerse una revisión. Su hija, Ana, no podía entender por qué su madre había dejado de luchar, pues aún era muy jóven y tenía una larga vida por delante. Ana era hija única,  su padre murió cuando ella era pequeña, y su madre se había vuelto a casar con un hombre, que por su expresión, no le gustaba mucho. Siempre había estado muy unida a su madre, y acababa de tener un hijo, para ella era muy importante que su hijo puediera disfrutar de su abuela, y viceversa.

Cansada de tanta insistencia, Consuelo aceptó acudir a una revisión con su cirujano. Al verla se sorprendió, y aprovechando la consulta, solicitó un TAC toraco-abdominal para comprobar como andaba todo después de estos años sin tratamiento. 

El día que acudieron a urgencias venían de la consulta de su cirujano, con un volante donde recomendaba el ingreso hospitalario ante los hallazgos del TAC. En las imágenes se apreció una masa pulmonar con lesiones satélite, de aspecto claramente canceroso, probablemente metastásica, pero cabía la posibilidad de que fuera un nuevo cáncer, pues era fumadora desde hacía 30 años. 

Sin embargo, cuando entró en la consulta Consuelo se mostró confundida, me explicó que venía a decirme que ella no quería ingresar, que prefería dejarlo para dentro de unos meses. Pensé que Consuelo no era muy consciente de lo que habían visto en el TAC, e intenté insistir en la importancia de que se quedara ingresada para obtener un diagnóstico definitivo antes de plantearse las opciones terapéuticas. En vano intenté convencerla, bajo ningún concepto quería ingresar y mucho menos someterse de nuevo a pruebas complementarias invasivas, tenía auténtico terror sólo de pensar en la posibilidad de que le hicieran una broncoscopia, y lo peor de todo, es que pensaba, que si ingresaba, no se podría negar a que sus médicos le hicieran las pruebas que quisieran.

Le expliqué que ella podía elegir, que ella tenía que dar su consentimiento para ese tipo de pruebas, pero su miedo y su vivencia traumática previa no le permitían confiar en mis palabras. Consuelo quería irse, pero yo tenía la sensación de que no había recibido la información necesaria para poder decidir, puesto que parecía no saber cual era la sospecha diagnóstica, y que no era algo que podía esperar unos meses como ella quería. Finalmente me decidí, y simplemente le insinué, que sería conveniente saber que le pasaba exactamente para que ella pudira tomar una decisión fundamentada, puesto que había que descartar que aquello no fuera algo "malo". 
Inmediatamente Ana me preguntó si podía ser un cáncer, y Consuelo se me quedó mirando con ojos suplicantes, esperando una respuesta, en silencio, mirándome fijamente y esperando mi respuesta. 

Después de analizar la situación, contesté que esa era una posibilidad que había que descartar, esperando entonces que Consuelo supiera de qué estábamos hablando y pensando que si aún así decidía irse, al menos tendría la información necesaria para tomar esa decisión.

Pero su respuesta me dejó sin palabras:
 
- "Ya está, ya ha tenido que decirlo...yo sólo quiero vivir en la ignorancia y morirme cuando me llegue la hora, no quiero saber lo que me pasa, no quiero saber nada, ya he visto a mucha gente con cáncer y he visto cómo han muerto todos a pesar del tratamiento, ya he pasado por eso y no quiero volver a pasarlo, y si me quedan tres meses, pues prefiero no saberlo, intentaré disfrutar de ellos cada día con mi familia, en mi casa, y ya está, ¿tan difícil es de entender?"

- "Pues no Consuelo, no es nada difícil de entender, y está usted en todo su derecho y respeto su decisión, pero tenía que informarle de la situación para que usted pudiera decidir consecuentemente...Lo siento mucho"

martes, 14 de diciembre de 2010

Con responsabilidad, ganamos en Salud : ¿Todos?

Como no podía de ser de otra forma sentía la necesidad de escibir este post con relación a la nueva campaña del Ministerio de Sanidad y Política Social sobre el "Uso Adecuado de los Servicios Sanitarios", bajo el lema: "Con responsabilidad, ganamos en Salud". 

Ayer Vicente Baos, en su blog El Supositorio, hacía referencia a este tema en un post muy recomendable y como no, me hizo pensar en sus reflexiones.

La Campaña del MSC recuerda a la población la importancia de hacer un buen uso de los sistemas sanitarios, de forma que se intenta evitar el colapso contínuo que se vive en los servicios de urgencias hospitalarios, cada año más evidente en estos meses de invierno, llegando a ser insostenible en numerosas ocasiones, en que vemos tristes imágenes con pacientes por los pasillos y con demoras en la atención de varias horas por falta de espacio y personal. 

Evidentemente es este un gran problema, mayor de lo que muchos imaginan, y supone un gran estrés y frustración para los profesionales que trabajamos en estos servicios, además de un agravio evidente para los pacientes, para sus derechos y el respeto a su intimidad y dignidad como personas, pues a veces te ves obligado a atender a los pacientes en los pasillos, o dejarlos "aparcados" en cualquier parte, esperando que haya una cama libre, y eso señores, no es tolerable desde mi punto de vista...

Hay múltiples factores que influyen en que cada año se repita esta situación tan insostenible, y bajo mi humilde punto de vista, como una trabajadora más del sistema, habrían muchas otras soluciones posibles para intentar paliar esta situación, y esas soluciones pasan por dotar de recursos materiales y personales en los servicios de urgencias y pos supuesto en los centro de salud de atención primaria.

Lo que está claro es que no podemos pretender solucionar un problema creando otro mayor, todos somos conscientes de los problemas que presentan hoy en dia los médicos de familia en su día a día, motivados principalmente por la mala organización y planteamiento del sistema, por lo que exigirles que asuman todavía más carga de trabajo sin dotarles de los medios necesarios, me parece cuanto menos una burla a la labor que desempeñamos cada uno en el puesto que desempeña. 

No me mal interpretéis, egoístamente me parecería genial que las cosas se hicieran bien, que los pacientes utópicamente fueran a su médico cuando presentan patología que no requiere una atención hospitalaria, pero no siempre es el usuario el culpable, pues es muchas ocasiones la atención que necesitan por parte de su médico, y debido a la sobrecarga, no les puede ser prestada hasta dentro de dos o tres días, y no puedes culpar al paciente por acudir a urgencias si en su centro están tan colapsados que no pueden atenderle. 

Otra historia claro es cuando nos encontramos con pacientes abusadores por "derecho adquirido" según ellos mismos relatan. Esos pacientes que acuden a urgencias con el lema: "usted está aquí porque yo le pago y tengo derecho a que me atiendan hoy y rapidito"... pocos comentarios civilizados me surgen en este momento respecto a este comentario tan cansino que oímos cada día en urgencias, pues la mayoría de las veces se trata de pacientes que realmente no deberían haber llegado bajo ningún concepto a los servicios hospitalarios de urgencias, porque la patología que presentan no requiere tal urgencia, siendo, por supuesto, conocedores de ello...dígase un dolor de talón al caminar de una semana de evolución, una "manchita" en la piel que me apareció hace un mes, un dolor de hombro de semanas de evolución sin antecedente traumático y que quiero que me hagan una resonancia, etc, etc, etc.

Podría seguir infinítamente, pero no es el caso, en definitiva se trata de los pacientes que han adquirido como ley de vida el concepto de "lo quiero todo y lo quiero ya", creyéndose portadores de todos sus derechos pero sin ser conscientes de ninguna obligación. Casualmente además, son estos pacientes los que más se quejan y los que más líos arman en la sala de espera de los servicios de urgencias, y eso sí que de verdad me molesta, porque aunque una les explique que hay un orden de prioridad por gravedad, eso les da igual, totalmente, pues si ahy una persona esperando con infarto, qué más da! cómo eso no me está pasando a mi...!

En fin, es este un tema muy complejo del que podría estar hablando durante varios post, auque creo que con lo dicho se refleja bastante mi forma de ver esta situación. Me parece estupendo que se implementen campañas para concienciar a la población de la importancia del uso adecuado de los servicios sanitarios, pero digo yo, que quizás, si en lugar de invertir todos esos millones en la campaña, los invirtieran en adaptar los centros de salud y los servicios de urgencias hospitalarios con más personal e infraestructura, no sería necesario estar hablando cada año de este mismo problema, pues si es algo tan bien conocido por todos, cómo es que la única solución que se les ocurre a los responsables de esto es hacer unos carteles y unos anuncios de televisión...? Vayamos al grano señores, y dejémos de tapar huecos pasándole la pelota a los demás...

lunes, 13 de diciembre de 2010

La decisión de Pablo

Era una guardia más de fin de semana, un sábado por la noche más de guardia en el hospital, y como siempre, atendiendo intoxiaciones etílicas, agresiones y otros menesteres propios de estos días. 

Las horas iban pasando, y yo me miraba el reloj pensando que ya me quedaba menos para acabar la jornada e irme a casa, cuando escuhé la sirena de una ambulancia que aparcaba en la puerta. En la camilla venía un chico de 20 años, Pablo, y detrás, venían corriendo otros dos chicos de la misma edad, con la cara desencajada, Andrés y Juan. 

Los tres habían salido de fiesta esa noche, eran amigos desde pequeños, lo habían pasado bien, pero ya era hora de volver a casa. Andrés era el que conducía, era el único de los tres que tenía coche y a penas hacía unos años que tenía el carnet, y aunque habían estado bebiendo, él pensó que se encontraba bien para conducir. Juan iba de copiloto y Pablo en el asiento de atrás, él no había bebido, era el más tímido de los tres, y les dijo a sus amigos que se podrían ir en taxi, pero Andrés y Juan se echaron a reir, diciéndole que no tenía de qué preocuparse... Iban camino de casa, riéndo y recordando las hazañas de la noche cuando Andrés, distraído con la música, perdió el control del vehículo. 

Todo fue muy rápido, según me contaron después ellos mismos, no sabían muy bien qué había pasado. Sólo recordanban que el coche no paraba de dar vueltas, hasta que sintieron un fuerte golpe y todo quedó en silencio...Andrés abrió los ojos y vió a Juan, sangraba por una herida en la frente, pero estaba bien, le dijo que estaba bien y ambos se giraron aliviados a decirle a Pablo que estaban todos bien, que sólo había sido un susto...Pero Pablo no estaba en su asiento, había salido despedido del coche y yacía inmóvil en el suelo unos metros más allá. Los dos corrieron hacia él, mientras se acercaban sentían como el miedo les invadía, y allí estaba Pablo, inconsciente, tumbado boca abajo...

Llegó la ambulancia y les trajeron al hospital. Pablo presentaba un fuerte golpe en la cabeza y múltiples fracturas en las extremidades, además de un traumatismo torácico y abdominal. Cuandó llegó al hospital, tan sólo le quedaba un hilo de vida, pero a eso me aferré y comenzamos a instaurar todas las medidas diagnósticas y terapéuticas posibles para ayudarlo. En un momento, organicé un equipo de trabajo, con todos los especialistas necearios para la atención a un politraumatizado y nos pusimos a trabajar en equipo. Entre todos conseguimos estabilizarle mínimamente en urgencias y así se fué al quirófano, en un estado de extrema gravedad, pero con una pequeña esperanza a la que todo el equipo de guardia nos aferramos.

Ellos se fueron con el paciente,  y yo me quedé en urgencias, aún con la adrenalina por las nubes, y deseando que todo fuera bien. Minutos después llegaron los padres de Pablo. Esta es la parte que menos me gusta de mi trabajo, yo creo que por muchos años que lleves en esto, uno nunca se acostumbra a dar malas noticias, sobre todo cuando hablamos de pacientes tan jóvenes, pues aunque Pablo estaba ahora en el quirófano, su pronóstico era realmente grave. No olvidaré nunca la conversación que tuve con Juan y Andrés, la culpa y la desesperación tan grande que me transmitieron, y el deseo tan enorme que tenían de poder hacer que el reloj diera marcha atrás y haber tomado otra decisión antes de coger el coche.

Los nombres de esta historia que os cuento son ficticios, pero la historia es real, y supongo que muchos de mis compañeros habrán vivido historias muy parecidas, yo también, por eso quería contaros este caso, pues entre tantas historias que nos pasan, los Pablos se van quedando diluidos y creo que es importante recordárlos de vez en cuando, pues a mi personalmente, cada "Pablo", cada "andrés" y cada "Juan", me enseñan cada día lo importante de las decisiones que tomamos, lo afortunados que somos por estar donde estamos y me recuendan cada día, que hay que vivir cada momento intensamente, que hay que olvidarse de lo superfluo y centrarse en lo importante, que no es otra cosa que vivir.

Las campañas de la DGT han pasado por muchas etapas, desde el humor, los dibujos animados a las imágenes tan duras que todos recordamos de hace unos años, ójala sirvan para algo, ójala nos ayuden a acordarnos de algunos "Pablos" y seamos más pruedentes al volante...

sábado, 11 de diciembre de 2010

Propósitos

Ahí va mi nuevo y más importante propósito para el 2011: "DEJAR DE FUMAR", por que sí, auque me avergüence reconocerlo así, soy fumadora.

Ayer durante la guardia vi de nuevo a un paciente de 45 años al que diagnostiqué un cáncer de pulmón en estadio muy avanzado. Ya llevo meses con esta idea en la cabeza, últimamente estoy viendo a muchos pacientes jóvenes con tumores muy agresivos y en la mayoría de ocasiones relacionados con la adicción al tabaco, y digamos que ayer fue el día en que dije, "hasta aquí hemos llegado".

Nunca me he sentido orgullosa de ser fumadora, siempre he sabido los riesgos y consecuencias de esta adicción, y el hecho de ser médico te hace enfrentarte muy de cerca a las posibles consecuencias del tabaquismo, pero digamos, que como buena adicta, una siempre acaba haciendo una negación y pensando que eso no le va a a pasar a uno nunca, pero al fin, después de unos cuantos años, algo en mi cabeza ha cambiado y, al fin, he sentido esa motivación que llevaba tiempo buscando para decir "basta".

Así que, como parte de mi compromiso para este propósito en el 2011, quería escribir este post, y en sucesivos espero poder contaros que lo he conseguido, y con eso, además de preocuparme por la salud de mis pacientes, preocuparme por la mía propia y por la de los que me rodean, y por fin, sentirme consecuente, cuando como médico, recomiendo a mis pacientes que dejen de fumar: "Voy a intentar predicar con el ejempo"

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viernes, 3 de diciembre de 2010

El síndrome del Angel

Acudió a urgencias una paciente de 17 años diagnosticada de un Síndrome de Angelman

Para los que no lo conozcan se trata de una enfermedad genética, que aparece en la infancia y que se caracteriza, en términos generales,  por un retraso del desarrollo, con problemas motores, dificultad para andar, hablar y comunicarse. 

Una de las características de estos pacientes es que presentan un aparente estado constante de alegría,  con risas y sonrisas contínuas. Esto hace que respondan con una sonrisa ante cualquier estímulo o contacto con otra persona, y su interacción con nosotros me hizo darme cuenta de lo importante que es para las personas las emociones que nos transmitimos unos a otros y la importancia del lenguaje no verbal.

Cuando la paciente acudió a urgencias no se encontraba bien, llevaba tiempo con fiebre y presentaba convulsiones contínuamente...aún así, no paró de sonreir en ningún momento...a pesar de sus dificultades, transmitía unas ganas de vivir y una felicidad envidiables.

Me resulto muy tierno ver la relación que mantenían sus padres con ella, el cariño con el que la trataban, los cuidados que le prodigaban y lo que les reconfortaba su sonrisa...para su familia, ella era su "Ángel".

A todos los que estábamos de guardia nos alegró el día, y nos hizo despertar otra sonrisa al  relacionarnos con ella, me resultó muy fácil tratarla y me encantó poder ayudarla a sentirse mejor...

Por eso, y por muchas otras cosas, sentía la necesidad de dedicarle este post, a ella y a su familia...

Hoy os dejo la canción de la BSO de la película "LaVida es Bella", interpretada por Miguel Bosé y Noa, preciosa canción....

jueves, 2 de diciembre de 2010

Historias de una guardia: Despertares

Ayer vi en urgencias un paciente de tan sólo 47 años con una enfermedad de Pakinson en estadio muy avanzado. 

El paciente fue diagnosticado hace 7 años y desde entonces la enfermedad había progresado muy rápidamente. En la actualidad presentaba una escasa respuesta al tratamiento, con aparación de múltiples efectos secundarios y resistencia cada vez mayor al tratamiento, por lo que se encontraba en fase de tratamiento paliativo. 

No puedo explicaros la desesperación que me transmitieron sus ojos...acudió a urgencias por encontrarse en uno de los períodos llamados "off" en el curso de la enfermedad,  asociado al Fenómeno "On-Off" y que puede aparecer en algunos pacientes tratados con levodopa, que experimentan una regresión en la mejoría inicial obtenida y que consisten en fluctuaciones del estado del enfermo durante el día, de una duración variable e impredecible, que oscila entre ratos sin síntomas (fases "on" o fases de conexión a la levodopa) y otros en que reaparecen el temblor, la dificultad para caminar y la lentitud (fases "off" o fases de desconexión a la levodopa). 

En el caso de mi paciente estos fenómenos "off" eran cada vez más frecuentes, y se encontraba desesperado por no poder controlar sus síntomas. Cuando menos se lo esperaba pasaba de estar con sus síntomas controlados a encontrarse totalmente inmovilizado. Cuando llegó a urgencias se encontraba rígido, sin movimiento, caminando con ayuda a pasos pequeños y cortos, y con la típica fascies parkinsoniana, aparentemente inexpresivo, aunque sólo eso, aparentemente...

Tras la valoración inicial, consulté con el neurólogo de guardia que acudió a urgencias a visitar al paciente. Cuando acabó su valoración me habló de un tratamiento que se aplica en estos casos y que sirve justamente para paliar los efectos de los fenómenos "off".  No es un tratamiento habitual, pero es una posibilidad en estos casos, así que me dediqué a intentar conseguir este fármaco en el hospital y que me lo trajeran a urgencias. Finalmente lo conseguí, y tal y como había indicado el neurólogo le administré una dosis del nuevo fármaco a mi paciente con la esperanza de poder ayudarlo aunque fuera mínimamente....

Lo que desde luego no esperaba era una respuesta tan rápida y tan espectacular...!!! No puedo describiros lo que sentí cuando poco después el paciente comenzó a mejorar, recuperando la movilidad y la expresividad, siendo capaz de levantarse, hablar y expresarse como cualquier persona...Para mi, a mi manera, fue como un "Despertar" y la expresión de alivio en su cara será algo que estoy segura que nunca olvidaré...cosas así me recuerdan cada día por qué me hice médico...

Os dejo un fragmento de la película "Despertares", de 1990, protagonizada por Robert De Niro y Robin Williams, y que está basada en la autobiografía del neurólogo Oliver Sacks, que en 1969 descubre los efectos beneficiosos de la L-dopa en pacientes con la llamada en aquel entonces "enefalitis letárgica":